domingo, 5 de agosto de 2012

Héroes del Islam: Hazrat Hamza (ra), León de Allah y Líder de los Mártires

Bismillahi Rahmani Rahim
 El Sagrado Profeta (asws) ha dicho que entre su Nación el grupo que va a estar a salvo y que resultará victorioso en esta vida y la Próxima es el de aquellos que se aferran con firmeza a su Sunnah y a la Sunnah de sus Sahaba. Con esto, nuestro Profeta (asws) ha establecido que nuestros modelos de conducta para la correcta experiencia del Islam deben ser su noble ejemplo y el de sus herederos directos: sus nobles compañeros. Ellos se nutrieron desde la misma fuente que transmitía la Divina revelación y Allah Todopoderoso los elevó por sobre el resto de la humanidad, haciendo de ellos las antorchas resplandecientes del Islam. Santos y Guerreros, piadosos e inexorables, dieron sus vidas por la Causa de Allah y gracias a ellos las enseñanzas del Islam nos han llegado en su forma más pura.

En esta ocasión presentamos a un Sahabi que fue un ejemplo de valor, heroísmo y entrega a la Causa de Allah: Hazrat Hamza (ra), que Allah le conceda de Su infinita misericordia y lo eleve a las estaciones más altas en Su Presencia Divina y nos dé apertura para seguir su ejemplo.

Hazrat Hamza (ra) tuvo un vínculo familiar directo con el Sagrado Profeta (asws). Por un lado fue tío del Profeta (asws) y por el otro fue hijo de su tía materna. Junto a estos lados familiares también fue hermano adoptivo del Sagrado Profeta (asws).

Allah –swt- favoreció a Hazrat Hamza con la excelencia en el arte de la lucha y del manejo de la espada. Su pasatiempo era la caza y dedicó gran atención a la arquería y a la esgrima.

Cierto día, cuando regresaba de cazar, mientras entraba a Mecca, se le informó que su sobrino Muhammad (asws) había sido brutalmente agredido al intentar predicar su religión en la Ka’aba. El agresor era Abu Yahil, quien se había opuesto enconadamente al mensaje del Islam. Enfurecido, Hazrat Hamza rápidamente se dirigió hacia la Ka’aba donde encontró a Abu Yahil sentado junto a sus compañeros. Fue a él y lo golpeó tan fuerte con su arco que lastimó su cabeza. Los compañeros de Abu Yahil fueron en su ayuda diciendo: “¡Hamza! ¡Parece que tú también has renegado de tu religión!” Hamza dijo: “Si la verdad se me ha manifestado, ¿quién me va a detener? Aquí y ahora declaro que Muhammad (asws) es el Profeta de Allah y que todo lo que él dice es cierto. ¡Por Allah! No puedo ir contra el Islam. Si ustedes pueden, intenten detenerme.” Cuando Abu Yahil vio a Hamza en esa actitud tan poderosa, pidió a sus compañeros que dejaran sólo a Hamza.

Aquellos eran los días en que el Sagrado Profeta (asws) y sus compañeros se refugiaban en secreto en la casa de Arqam, dado que eran perseguidos y torturados por los incrédulos de Mecca.  La gente no se atrevía a hablar del Islam. Sin embargo, intrépido como era, Hazrat Hamza proclamó abiertamente la verdad del Islam. Esto demostraba que nadie entre la gente de Arabia tenía el coraje de desafiar a Hamza. Con la entrada de Hamza (ra) al Islam, la situación de los Musulmanes cambió repentinamente. Ahora los incrédulos debían pensar dos veces antes de causar daño a los Musulmanes. Así, Hazrat Hamza (ra), mostró su coraje y valor por primera vez en la Causa de Allah.

La aceptación del Islam por parte de Hazrat Hamza perturbó a los enemigos del Islam. Se reunieron para decidir un nuevo curso de acción. Consideraron muchas maneras de destruir el Islam. En su frustración por no encontrar una manera viable, decidieron poner fin a la vida del Sagrado Profeta (asws) de cualquier manera.

Ofrecieron una gran recompensa para quien lo llevara a cabo. Otro hombre de gran coraje y espíritu de Mecca se levantó con espada en mano y se dirigió hacia la casa de Arqam para completar el cometido. Él era ‘Umar, quien más tarde fuera conocido como ‘Umar el Grande, segundo califa del Islam. Muchos compañeros del Sagrado Profeta (asws) estaban presentes en aquel momento. Cuando se enteraron que ‘Umar estaba en camino se sintieron perturbados, sin embargo Hazrat Hamza (ra) dijo: “No importa. Déjenlo venir. Si viene con sinceridad y buenas intenciones, está bien. De otra manera le sacaré su cabeza con mi propia espada.” Tal era el coraje y la bravura de Hazrat Hamza, y su total confianza en la fuerza que Allah-swt- le había concedido.

Los árabes de la época se sentían muy orgullosos de su superioridad racial y sanguínea. Esta vanidad fue un obstáculo para que mucha gente abrazara el Islam. En el campo de batalla de Badr, Abul Bajtari señaló al Profeta (asws) y preguntó a Abu Yahil: “¿Qué piensas de él?” Contestó: “No hay duda que es una persona verídica. ¡Pero no podemos consentir en sentarnos junto a personas como Bilal!” Bilal (ra) fue un esclavo que abrazó el Islam. En aquellos días a los esclavos se los trataba tan vilmente hasta el punto de que no podían reclamar respeto alguno. Sin embargo, las enseñanzas del Islam cambiaron tanto a los devotos compañeros que nunca hicieron discriminación alguna entre los hombres en cuanto a raza, color, riqueza o casta. Hazrat Hamza (ra) fue un muy buen ejemplo de esto. El Sagrado Profeta (asws) declaró a su notable siervo Zaid ibn Hariz (ra) como hermano en el Islam de su tío Hamza, haciéndose ambos tan queridos el uno del otro que se consultaban mutuamente en todos los asuntos. Esto demuestra como Hazrat Hamza (ra) prefirió el Islam por sobre todo lo demás. Dejó de lado la caza y la lucha y dedicó todo su tiempo y energía en la Causa del Islam.

Luego de la emigración a Medina, la primera expedición enviada por el Sagrado Profeta (asws) para verificar una caravana de incrédulos de Mecca, fue comandada por Hazrat Hamza, quien tuvo a su cargo treinta personas. Por primera vez en la historia del Islam, se le confiaba a Hazrat Hamza la bandera del Islam.

Un tiempo después se libró la batalla de Badr.

‘Utba, el hombre más experimentado y bravo de los Qurayshíes, se adelantó junto a su hermano y a su hijo. Desde el lado de los Musulmanes algunos jóvenes de los Ansar avanzaron para enfrentarlos. Pero ‘Utba era tan orgulloso de su fuerza y bravura que tomó como un insulto tener que enfrentar a personas más bajas que su “nivel”. Se lamentó: “Oh Muhammad, no podemos luchar contra personas inferiores a nuestro nivel. Envíanos a quienes nos sean iguales.” El Sagrado Profeta (asws) envió a Hazrat Hamza, Hazrat ‘Ali, y Hazrat ‘Ubaidah (ra) para enfrentar el desafío. Hazrat Hamza atacó a ‘Utba y lo mató del primer golpe. Luego llegó Taima ibn Adi, otro guerrero renombrado, a tomar venganza. Pero también sufrió el mismo destino al primer golpe. Los incrédulos, enfurecidos ante estas pérdidas, iniciaron un feroz ataque contra los Musulmanes. Comenzó la batalla. Hazrat Hamza llevaba un turbante con una pluma de avestruz sobre él, lo que lo hacía ver muy prominente entre los Guerreros Musulmanes. Llevaba espadas en ambas manos y mató a un gran número de incrédulos. El enemigo no pudo hacer frente al poderío Musulmán y se rindió. Los Musulmanes capturaron un gran número de incrédulos, incluidos algunos personajes notables de Mecca. Algunos prisioneros preguntaron: “¿Quién era el hombre con la pluma de avestruz?”

“Hamza”, fue la respuesta.

“Él nos ha causado grandes pérdidas”

Los incrédulos no olvidaron su derrota y al año siguiente juntaron un gran ejército para vengar la derrota y capturar Medina.

El Sagrado Profeta (asws) junto a sus devotos compañeros, enfrentó al enemigo en Uhud. Un luchador, Saba, se adelantó y desafió a los guerreros Musulmanes. Hazrat Hamza aceptó su desafío diciendo: “¿Te atreves a luchar contra Allah y Su Profeta (asws)?”, entonces dio a Saba un golpe poderoso y lo mató. Entonces comenzó la batalla. Hazrat Hamza ya había matado a muchas personas notables del Quraysh, por lo que los Qurayshíes iban tras su sangre. Concertaron muchos ataques contra él, pero él siempre los repelía y llegó a matar cerca de 30 incrédulos.

Jubair ibn Mu’tin había contratado especialmente a un esclavo llamado Wahshi para tomar venganza por su tío Taima ibn Adi. Al esclavo se le habían prometido una generosa recompensa y su libertad. En el campo de batalla Wahshi se escondió tras una roca y esperó una oportunidad para atacar a Hazrat Hamza. Tan pronto en cuanto Hazrat Hamza se puso en su radio de acción, Wahshi arrojó su arma con todas sus fuerzas para golpear a Hazrat Hamza. El golpe fue mortal; Hazrat Hamza sucumbió a la lanza injuriosa de Wahshi.

Luego el Sagrado Profeta (asws) lo llamaría el “Líder de los Mártires”.

Hazrat Hamza entregó su vida a la Causa de Allah, y su ejemplo debe servirnos como paradigma de valor, heroísmo y lealtad en el Camino del Islam. Ante este ejemplo, ¿en qué nivel de fe nos encontramos nosotros cuando muchas veces ni siquiera nos atrevemos a considerarnos Musulmanes frente a los demás? ¿Es que hacemos caso omiso a la palabra de Allah-swt- cuando dice: “¿Y qué mejor palabra que la de quien llama a los demás a Allah, obra con rectitud y dice: Yo soy de los Musulmanes?”? Para reflexionar. 

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