viernes, 29 de junio de 2012

"La Majestad y la Belleza del Islam"

Bismillahi Rahmani Rahim

Habitualmente compartimos las enseñanzas de un Wali de Allah contemporáneo, cuya claridad y sabiduría resultan un bálsamo para el espíritu; nos referimos a nuestro amado Maestro Sheykh Abdul Kerim Effendi con quien hemos tenido la bendita oportunidad de dar Bayat y de quien humildemente intentamos seguir el ejemplo y el consejo.

Siguiendo la tradición profética heredada por su Maestro, Grandsheykh Maulana Nazim al-Haqqani, Sheykh Abdul Kerim imparte sus enseñanzas de forma oral mediante asociaciones o reuniones con sus murids.

Hoy tenemos el inmenso gusto de presentar una recopilación de sus enseñanzas vertidas al idioma español por murids suyos hispanoparlantes. El libro es de descarga gratuita y se puede acceder desde aquí:


Que Allah lo haga de beneficio para el cultivo del espíritu.

miércoles, 27 de junio de 2012

La Naturaleza de la Dinastía Saudí

Hubo un tiempo, no hace mucho, en el cual la dinastía saudí estaba en la vanguardia del intento occidental para subvertir el Islam y la Umma islámica. En la década de 1970, los monarcas saudíes distribuyeron petrodólares por mezquitas y centros islámicos de todo el mundo, normalmente a través de organizaciones internacionales, y fueron anfitriones de varias conferencias en que se discutía el futuro de la civilización islámica. Después de la Revolución islámica en Irán (1978-79), y durante el resurgir resultante de movimientos islámicos en todo el mundo, la generosidad saudí promovió ataques sectarios contra los shi’íes y persuadió a distintos movimientos e intelectuales islámicos para que no apoyaran a la Revolución Islámica. Durante un tiempo la dinastía saudí intentó promocionarse a sí misma como dirigentes de los sunníes y líderes de la Umma de facto, y se auto-denominaron “guardianes de los Haramain (de los recintos sagrados en Mecca y Medina)”. Parte de su papel consistía en despolitizar el Islam y convencer a los musulmanes que Occidente es nuestro aliado, una fuerza civilizada por el progreso, y no nuestro enemigo.

         Los saudíes están tan desacreditados hoy en día que es difícil imaginar que hoy puedan pretender seriamente tener esta posición. Ahora, en vez de actuar mediante las plataformas de las conferencias islámicas internacionales, se mueven entre bastidores, esperando no ser vistos. Incluso las organizaciones que siguen financiando, directa o indirectamente, y que continúan promoviendo un programa despolitizado, los atacan (y a Occidente) en público, simplemente para mantener un mínimo de credibilidad. Mientras tanto, Occidente pretende tratar a los reyes, jeques y príncipes árabes como iguales, para dar la imagen que conviene a sus intereses; en vez de eso, la realidad muestra que es obvio su carácter de señorío imperial. En lugar de intentar influir en los corazones y las mentes de los musulmanes mediante la manipulación de los símbolos islámicos, Occidente parece resignado a influir únicamente en la macro política, con agentes pragmáticos como los regímenes de Egipto y Turquía.

         Quizá es verdad que numerosos activistas islámicos han dejado de subrayar el papel de los saudíes como hicieran antaño. Esto refleja el hecho que en la actualidad ya no desempeñan ningún papel significativo; al contrario, son sobradamente conocidos y están tan desacreditados que no vale la pena ni hablar de ellos. Excepto cuando los musulmanes se reúnen en el Hiÿaz para el Haÿÿ, no debemos olvidar el significado de la peregrinación a la Casa de Allah.

         Hace cerca de 150 años, cuando Gran Bretaña era la potencia dominante del imperialismo occidental, y el Hiÿaz formaba parte del Imperio Otomano, el cónsul británico en Yedda se dio cuenta de los peligros que representaba el Haÿÿ. En un despacho a Londres, que modeló la política británica durante décadas, y que quizá nunca ha sido completamente olvidado, escribió:

“El punto realmente importante para la política de Inglaterra, creo, es el Hiÿaz como el foco del pensamiento musulmán y el núcleo desde el cual irradian las ideas, consejos, instrucciones e implicaciones dogmáticas... Algunas personas acuden al Haÿÿ por las razones políticas. Meca, al estar libre de la intrusión europea, es un terreno seguro donde pueden tener lugar reuniones, en el cual se intercambian las ideas... Hasta nuestros días, no hemos controlado quien va y quien viene... por lo que las reuniones pueden celebrarse en Meca, donde se forman combinaciones hostiles a nosotros sin que lo sepamos hasta que están desencadenadas... Si este consulado pudiera tener un agente musulmán de confianza en Meca, creo que podríamos obtener una información de gran valía...”

         Gran Bretaña y las demás potencias imperialistas decimonónicas tenían mucha razón en temer al Haÿÿ. Varios movimientos antiimperialistas musulmanes fueron inspirados o formados por las experiencias de sus líderes en el Haÿÿ. En 1822-23, Sayyid Ahmad de Rae Bareli realizó el Haÿÿ; poco después lanzó su ÿihâd contra la influencia británica en India, que fue corto y terminó en tragedia. Años después, el Haÿÿ fue el escenario del encuentro entre el Imam Shamil de Daguestán y el Sheykh Abdul Qader al-Yaza’iri, que estaba en guerra contra los franceses en el Norte de África. Un encuentro así sería imposible hoy en día: no llegarían ni a conseguir el visado.

         Cuando el Profeta (awss) realizó la Umra en el año séptimo de la Hiÿra (hégira), ordenó a los Sahâba (r.a.) que estaban con él que descubrieran sus hombros derechos como muestra de fuerza mientras realizaban Tawaf alrededor en la Ka’aba. Entonces, Meca estaba gobernada por los Quraysh; hoy está en manos de “un agente musulmán de confianza” de Occidente. Esta es la verdadera naturaleza de la dinastía Saudí, una realidad que los musulmanes no tienen que olvidar nunca.

Fuente: Musulmanes Andaluces

martes, 26 de junio de 2012

Música Sagrada: Qawwali

Bismillahi Rahmani Rahim

El qawwali es un tipo de música religiosa tradicional surasiática originaria de la India islámica, conformada por una fusión de ritmos arábigos e indostaníes que se fueron asentando desde la conquista islámica mogul.
Este tipo de música del santorial islámico es básicamente un vehículo para difundir la espiritualidad del sufismo (rama mística del islam). En su contexto musical se abarcan características de la ideología e historia sufí que son promovidos con carácter cultural, y que remontan a las clases ricas de India y Pakistán.
El qawwali es principalmente un arte religioso musical que dentro de su práctica e impartición religiosa no prohíbe la participación de otras culturas religiosas, como el sijismo y el hinduismo.
Su conformación musical se basa en el sistema del raga indio, en donde se crea una composición tanto moderna o tradicional que abarcan poemas o leyendas compuestos en su origen por grandes poetas sufís. Algunos de los temas abarcan las esferas espirituales, temas románticos y sociales que son también bien promovidos entre este carácter ideológico, y a menudo incluso se recitan metáforas para explicar asuntos metafísicos.
El qawwali es recitado principalmente en hindi, panyabí, urdú, árabe, y árabe abstracto, aunque también es ejecutado en versiones instrumentales. Es bien reconocido por toda la cultura religiosa islámica internacional, siendo también apreciada principalmente por el sijismo, ya que en la composición literal del Gurú Granth Sahib se incluyen ciertos fragmentos, anexos y leyendas elaboradas por propios maestros elementales sufís, tal es el caso de Kabir y Rumi.

Fuentes originales y extractos musicales
En su etiología musical, demarca un carácter puro y esencial siendo estudiado en la actualidad como un arte ecléctico, místico y romántico. Su composición literaria se caracteriza por portar gran contenido de lenguaje refinado, que utiliza lenguas populares y sagradas y de contexto literal abstracto, tal es el caso del gurmukhi y del shahmukhi, formas selectas de panyabí.
En la actualidad los seguidores del Islam consideran que la forma de composición del qawwali, su instrumentación, polirrítmia y armonía, y su canto característico son uno los más complejos del arte asiático.
El qawwali es una vibrante tradición musical que se remonta aproximadamente del siglo XIV. Al principio se realizaba principalmente en lugares santos sufíes en lo que es ahora India y Pakistán, aunque actualmente ha ganado popularidad y está mucho más difundida.
Las canciones qawwali surgieron de los qawal (místicos sufíes errantes que cantaban canciones islámicas de devoción).
El ensamble qawwali puede estar conformado por:
        Uno o más armonios
        Dholak, tambor pequeño.
        Tablā, dos tambores apoyados en el piso: el daia (pequeño) y el baia (grande).
        Tambura, cordófono que produce el bordón (nota grave pedal) de estas piezas.
A continuación presentamos un vídeo realizado en honor a nuestros Maestros con una canción Qawwali interpretada por Nusrat Fatih Ali Khan.



sábado, 23 de junio de 2012

Un Modelo de Musulmán

Bismillahi Rahmani Rahim

Sin lugar a dudas los musulmanes prestamos gran atención al mundo de hoy en día. Los musulmanes están sujetos a guerras, masacres y a campos de concentración. Sus tierras son ocupadas, sus riquezas expoliadas y sus hijos brutalmente asesinados. La gente observa todo esto y se da cuenta de dicha situación pero no sabe por que está sucediendo. Entre los musulmanes empiezan a cundir el desánimo, a veces pierden la fe de que el mañana será mejor que el presente. Gritan “¿Cuándo llegará la victoria de Allah?”, y Allah responde: “En verdad la victoria de Allah está próxima”, (Sura Al-Baqara 2:214)

El fenómeno de la depresión no es algo nuevo en la historia. Habitualmente la gente se siente abrumada con mucha rapidez. Algunos, si no la mayoría de musulmanes sienten que se están enfrentando a una situación sin salida, desarrollando una aproximación fatalista cuando encaran estos hechos. Empiezan a sentir que no tienen poder en absoluto para llevar a cabo algún cambio, es más, piensan que el único cambio posible es a peor y que no habrá resultados positivos en un futuro previsible.

El vivir en la era de las comunicaciones magnifica el efecto negativo que estamos sintiendo. Todo lo que ocurre en algún punto del globo se conoce inmediatamente en cualquier parte del mismo gracias a los fax, internet, teléfonos y toda la tecnología desconocida en el pasado.

En el pasado los desastres acontecían y a veces el peor de los escenarios cobraba realidad pero pasaba gran cantidad de tiempo hasta que la gente tenía conocimiento de los hechos, de tal forma que cuando llegaba la noticia hasta puntos distantes el impacto relatado ya había pasado.

No deberíamos pensar que las catástrofes y desgracias son exclusivas de nuestra era.

Allah dice: “Si habéis recibido alguna herida, en verdad que los incrédulos han recibido ya una herida similar. Y hacemos que esos días se sucedan alternativamente entre los hombres para que sean exhortados, y para que Allah pueda distinguir a los que creen y escoja testigos de entre vosotros; pues Allah no ama a los injustos”. (Sura Al-‘Imran, 140)

Es muy importante que entendamos que si somos tocados por una herida, otra gente ha sido también tocada por una herida similar, y que tales días rotan en la humanidad.

Por tanto, no estamos solos en este asunto, y en la batalla de la vida no es crucial ganar cada una de las batallas. Siempre y cuando nuestra intención se mantenga pura, la victoria llegará. Salahudin (Saladino), el gran muyahid (guerrero) fue un claro ejemplo de esto. Aunque no ganara todas las batallas, su firmeza y perseverancia, su fe y su certeza en las palabras y promesa de Allah le condujeron a la gran victoria sobre los Cruzados.

Salahudin al-Ayubi (Saladino) fue capaz de derrotar a los Cruzados en la batalla de Hattin en el año 583 de la Hégira, devolviendo Jerusalén y otros territorios que habían sido ocupados por los Cruzados a los musulmanes. Nadie imaginaba que esto pudiera ocurrir, pero ocurrió.

Dedicó toda su vida a la lucha por la Causa de Allah. No escatimó esfuerzos en ayudar a los musulmanes oprimidos de Jerusalén, ni disfrutó de los placeres de su condición de príncipe, que lo podía haber hecho, sino que dedicó su vida al rescate de Jerusalén y sus gentes.

Incluso rechazó el consejo de sus hombres cuando éstos le sugirieron que se tomara un descanso durante el mes de Ramadán diciéndoles, “El periodo de vida de un hombre es corto, la muerte no avisa y dejar a los ocupadores en las tierras musulmanas un solo día más, teniendo la oportunidad de desalojarlos, es un acto abominable que no podría soportarlo.” Siguió con sus conquistas a lo largo de todo el mes bendito de Ramadán hasta su muerte.

Nunca deberíamos mirar a Salahudin como a una persona, porque no fue un mero individuo, sino más bien un fenómeno; un regalo de Allah a la Umma porque ésta alcanzó el punto en el que empezaba a merecer la victoria.

Allah nos dio una fórmula simple que si la cumplimos la victoria estará al alcance de nuestras manos. La fórmula mágica a la que no prestamos mucha atención hoy en día es, “¡Oh vosotros los creyentes! Si ayudáis a la causa de Allah, Él os ayudará y hará firme vuestros pasos.” (Sura Muhammad, 7)

Si obedecemos a Allah, Él nos otorgará la victoria en retribución. Es algo simple. Y obedecer a Allah supone el cuidado, la compasión y la ayuda a los musulmanes oprimidos en todo el mundo y especialmente en la tierra ocupada de Palestina.

Otro ejemplo es la batalla de Badr que tanto influyó la historia de los musulmanes en los primeros días.

Allah nos describe un simple hecho histórico, “Y Allah os había ayudado ya en Badr cuando erais débiles. Tomad pues a Allah como vuestro Protector para que seáis agradecidos.” (Sura Al-‘Imran, 123)

¿Por qué Allah hizo aquello?, lo hizo porque los musulmanes se merecían la victoria, porque su hacer estaba en consonancia con las enseñanzas de Allah. Sabían que los medios materiales, aunque importantes, no son nada en comparación con el Poder de Allah, el Poderoso. La victoria es un regalo de Allah a aquellos que se lo merecen; si nos mereciéramos la victoria en estos días nos habría sido concedida.

Para alcanzar la victoria antes debemos vencernos a nosotros mismos, a nuestros deseos, a nuestros egos. La batalla contra nuestro ego es la primera que debemos ganar. La victoria significa estabilidad, significa vivir de acuerdo a las enseñanzas del Corán y a las enseñanzas del Profeta (s.a.s.)

Si miramos el mundo actual, podemos observar que nuestras comunidades en todo el mundo viven en el error. Nos hemos desviado del Corán y de las enseñanzas del Profeta (s.a.s.). Por tanto debemos considerar la situación desde una nueva perspectiva, no desde la perspectiva de conseguir abundante poder material porque esto no es suficiente, aunque importante, para conseguir la victoria. Lo que realmente nos hace falta es mirar hacia atrás y cambiar nuestros egos desde dentro, y, como digo, después de unos años, o tal vez de unos meses, empezaremos a ver el fenómeno moderno de Salahudin reaparecer y las cosas empezarán a transformarse.

En el tiempo de los Tártaros el mundo parecía que iba a ser devorado por su aplastante poderío, sin embargo empezaron a abrazar el Islam en masa. Lo que parecía imposible sucedió, porque Allah es El Único que tiene la llave de los corazones y Él es el Único que da la victoria a quien quiere,”...y la ayuda solo procede de Allah, el Poderoso, el Sabio.” (Sura Al-‘Imran, 126)

La victoria no viene de nosotros, la victoria no viene por el mayor número; tan solo viene de Allah el Más Elevado, el Sabio, y la da cuando ve que hemos aprendido nuestra lección.

Allah dice: “¿Pensáis que entraréis en el Paraíso sin antes pasar por la situación de quienes os precedieron? La pobreza y las calamidades los alcanzaron, y fueron violentamente sacudidos hasta tal punto que el Mensajero y los que con él creían dijeron: -¿Cuándo vendrá la ayuda de Allah?-, Sí, en verdad la ayuda de Allah está cercana.” (Sura Al-Baqara, 214)

Este verso nos habla de que seremos puestos a prueba, de una tribulación que tendremos que sufrir, porque la vida terrenal no es un fin en sí mismo, sino que lo que debemos atravesar es el medio de preparación para afrontar la vida próxima.

Imagine que los siervos de Allah empezaran a hacer la siguiente pregunta: ¿Cuándo vamos a alcanzar la victoria?; este verso en realidad es un buen recordador de que no estamos solos en estos días duros porque la gente que nos precedió afrontó pruebas y tribulaciones hasta ser sacudidos a tal punto que aquellos que seguían al Mensajero llegaron a preguntar cuándo les iba a llegar la victoria!, y la respuesta le vino de Allah: En verdad la victoria está al alcance de la mano.

Otro día difícil que tuvieron que afrontar los musulmanes en su historia fue el día de Hunain, “En verdad, Allah os ayudó en muchos campos de batalla y en el Día de Hunain, cuando vuestro gran número os hizo orgullosos pero no os sirvió de nada; y la tierra con toda su amplitud, se os quedó estrecha y entonces volvisteis la espalda en retirada.” (Sura At-Tawba, 25)

Durante la batalla de Hunain los musulmanes comenzaron a sentirse orgullosos por su gran número. Este es otro lado de la ecuación. Era la primera vez en la historia en la que los musulmanes igualaban en número al de sus enemigos, habían reunido a doce mil hombres, justo igual que sus enemigos, aunque anteriormente habían sido un número inferior, y así empezaron a pensar que la victoria estaría con ellos y todos sabemos ya lo que pasó. Desde el comienzo empezaron a perder coraje porque no reconocieron que la victoria no viene del poder humano, sino de Allah el Sublime, el Todopoderoso.

Por tanto, empecemos a llevar a cabo nuestra parte, retornemos a Allah Todopoderoso y limpiemos nuestros egos internos. La purificación de nuestros egos es lo que realmente importa y ser sinceros en el trato con las situaciones que vivamos y en el trato con los demás.

Sintamos la fuerza de la comunidad de los musulmanes y pongamos nuestras manos juntas en el amor y la ayuda mutua. Invitemos al mundo a ver nuestra auténtica y verdadera realidad.

No somos, como piensan ciertas mentes estrechas, un grupo de gente desesperada que quiere amenazar al mundo entero. Esto no forma parte del Islam. Si esto hubiera sido el Islam, el Mensajero de Allah (s.a.s.) se hubiera comportado de forma diferente en At-Ta’if. A pesar del trato rudo que recibió no perdió la esperanza ni se desesperó, sino que invocó a Allah el Todopoderoso para que les guiara a la sabiduría del Islam y a la belleza del da’wa.

Por tanto nuestro deber ahora es hacer mucho du’a a Allah y pedirle que nos dé de nuevo el fenómeno de Salahudin. Cuando empecemos a merecérnoslo, e in sha Allah que así sea, entonces aparecerá.

No somos diferentes de aquellos que nos precedieron, solo tenemos que empezar y ver como la promesa de Allah es cierta y que ocurrirá, porque no es la promesa de un ser humano, sino la promesa de Allah. Todo lo que necesitamos hacer es empezar y sentir que podemos hacerlo. Salahudin está esperando a la vuelta de la esquina.

viernes, 22 de junio de 2012

El insidioso veneno de la televisión


Bismillahi Rahmani Rahim
En estos días estamos viendo televisión. Quieres tener problemas, mira televisión. Tus problemas nunca acabarán. Estás cargando sobre tu cuello el peso de otras personas y nunca obtendrás paz. Ya que donde sea que mires ves gente sufriendo, y aunque te guste o no, tu corazón es movilizado en cierta manera.
Sheytán (Satán) y su reinado mantienen a las personas ocupadas las 24 hs. con la televisión. ¿Estás sentado las 24 hs. frente a esa caja sheytánica (satánica) siendo engañado por ella? Despierten a sí mismos.
Las publicaciones mundiales, las emisoras de televisión y todo lo demás son controlados por los Sionistas. Encontrarás que tantos judíos, especialmente los Jasídicos, no pondrán televisores en sus hogares. Piensa. No encontrarás televisores en sus hogares. ¿Por qué es esto?
Porque ellos saben que clase de veneno llega con esa televisión para envenenar a la gente. Así que ellos no quieren que sus hijos sean envenenados, no quieren que los miembros de sus familias sean envenenados. Por esto sus rabinos les ordenan que no pongan televisores en sus hogares, ya que el 90% de la televisión de hoy en día sólo está dando veneno. Te está dando algo que incluso no se te ha cruzado por la cabeza, y te sientas frente al televisor y dices: “Sí, esto es bueno. Déjame hacerlo.”
Así que tu modelo de conducta es el televisor. Tu guía es la televisión. Tu guía es la revista, tu guía es algo que ellos han puesto allí para ti.
No permanezcas sentado mirando solamente la televisión, aprendiendo tu conocimiento del televisor. Piensa. Abre tus ojos. Entiende las actividades del mundo, qué está sucediendo y por qué está sucediendo. ¿Por qué sucede?
Pregunta. Pregunta por ti mismo y entiende. Entonces lentamente comprenderás que a quienes estás apoyando mediante la televisión es a los malvados. ¿Por qué los ayudas? Y si estás ayudando a los malvados, apoyando a los malvados y a los tiranos, entonces tú también eres un tirano.
-Sheykh Abdul Kerim Effendi-

miércoles, 20 de junio de 2012

Estamos vivos, ustedes están muertos


Bismillahi Rahmani Rahim
Morir antes de morir. ¿Cómo vas a morir antes de morir, si no quieres recordar la muerte?
No recordar la muerte te hace tener elevados, largos, muy muy largos e interminables sueños sobre este Dunya (sobre este mundo). Ese momento, ¿cómo vas a entender que otro musulmán está sufriendo en otra parte? Deja el de la otra parte. ¿Cómo vas a entender al que sufre a tu lado? ¿Cómo te va a importar?
No te va a importar.
Las tierras más ricas del mundo sobre la faz de la tierra. ¿Dónde están? ¿Alguien sabe?
África.
El diamante sale de allí. El oro sale de allí. El carbón negro sale de allí. Todo está ahí. Todos los recursos naturales están ahí.
Hoy, otros 500 niños murieron. Con los ojos en blanco, la piel color negro. Sus ojos miran. Su piel es oscura. No se pueden mover por el hambre, y mueren. Pero no están muriendo. Están buscando con los ojos abiertos. Sus ojos blancos están abiertos, mirando al mundo, te hablan. Te dicen:
"No estoy muriendo. Pero tú estás muerto. Todos ustedes son muertos vivientes ".
Así es.
"Ustedes vienen a este país, succionan todas las riquezas y no me dan mi parte para comer. "
Ustedes están muertos. Oh capitalistas. Oh hombres blancos. Oh americanos. Oh europeos. Oh los de Medio Oriente. Oh rusos. Por eso están mirando y llorando por ti. Estás muerto.
Ellos están pasando [con sus muertes] a una vida limpia. Se van limpios, a una vida limpia. Pero nosotros estamos muertos. Porque tenemos problemas. Y porque no tenemos nada más en qué pensar, salvo nuestros problemas. Sí. Tienes problemas. Día y noche te causas problemas a ti mismo, e incluso te olvidas de cómo llorar. No sabes cómo llorar. ¿Cómo vas a entender?

La televisión, los medios, todos hablan de ellos.
Pero, es sólo otra cosa habitual y la vida continúa. Y la gente mira, anda corriendo. Continúan estando ocupados. Corriendo a ver cómo van a llegar allí a chupar más sangre. Para que su vida de lujo continúe. Y esto le sucede a los musulmanes de hoy también.
Los musulmanes, que están dando iftar en hoteles de siete estrellas a los incrédulos, pero no les importa enviar allí sólo una parte del dinero (que gastan). Si sólo se enviara el dinero que se obtiene en una noche en ese hotel a ese país, eso es suficiente para darles de comer por un mes. Y todos nosotros somos responsables por esto en el Día del Juicio. Sí.
Así que tienes preocupaciones. Muy bien. Continúa con tus preocupaciones. Pero todos nosotros somos responsables.

Al menos, si no puedes hacer nada, llora. Pero no. Has perdido todo. Los sentimientos se han ido. Muerto. Un muerto viviente. Eso es lo que esos niños están diciendo.

Observa. Sus ojos miran. De esa manera.
Observan. Sus ojos blancos se hacen más blancos. Lo miro y observo. Así es. Y esto es lo que nos están diciendo:
"Todos ustedes están muertos. Nosotros estamos vivos. Pero todos ustedes están muertos ".
Eso es porque no sientes nada en absoluto. Ya no ves más. Ya no comprendes más. Porque te has muerto.
Preocupado por tu estilo de vida egoísta, individualista.
Sí, eso es lo que está sucediendo. Y eso es lo que nos pasó. Y sí, tenemos que movernos. Despiértense porque la venganza de Dios está llegando. Viene a cada uno de nosotros. No sé quién va a escapar de eso. Pero la venganza está por venir. Sí.

Fatiha.
No lo olvides. Tienes hijos. Y viene sobre ti. No se va a quedar allí. Viene a nosotros. Tienes que sentir el mismo dolor. Y lo vas a sentir. Porque todos estamos en un gran malayani, con tonterías. Con algo que no tiene ningún sentido en absoluto. Sólo muestran. Todo es sólo un espectáculo. Todo es para satisfacer el deseo del ego. Nada más. ¿Es esto lo que el Profeta (sws) dijo? NO. Esto no es lo que el Profeta dijo.

El Profeta (alayhi salatu wa salam) dijo: "Si un creyente vive al otro lado de mundo, y en la dedo de ese creyente entra una espina, los otros creyentes al otro lado del mundo tienen que sentir el dolor".
¿Es eso lo que te está pasando? ¿Es eso lo que nos está pasando? NO. Así que tienes que hacerlo. Esos niños están mirando y están muriendo. Sí, vamos a morir. Pero es una prueba de Allah-swt- para la gente del siglo 21.
Eh, al mundo occidental no le importa. Está bien. Sólo hacen algo de espectáculo. Y tan pronto como tocas sus ganancias, no sólo los dejan que se mueran de hambre, sino que vienen y ponen bombas desde el cielo, destruyendo las casas y el país también. Está bien. Para ellos está bien.
¿Y qué pasa con los musulmanes? ¿Qué pasa con los países musulmanes? ¿Qué ocurre con Arabia Saudita? No tienen dinero ¿eh? Los Emiratos, ¿no tienen nada de dinero? Kuwait, Abu Dhabi, ¿no tienen nada de dinero?
Lo peor está por venir. Lo peor está por llegar a todas partes en este mundo. Y ya no está a gran distancia. Está detrás de la puerta.
Wa minaAllahu Taufiq
-Sheykh Abdul Kerim Effendi-

domingo, 17 de junio de 2012

El Respeto y el Buen Trato a las Mujeres en los Hadices


Bismillahi Rahmani Rahim
“Las mujeres son las mitades gemelas de los hombres”

Abu Huraira (r.a.) cuenta que Rasûlullâh (asws) dijo: "Ningún musulmán debe enfadarse con su mujer. Si alguna de sus cualidades os disgustan, habrán muchas otras cualidades que merecen vuestro aprecio". (Nail al-Autar).

Abu Huraira (r.a.) cuenta Rasûlullâh (asws) dijo: "Si una persona tiene tres hijas a las cuales mantenga y eduque, Allah le recompensará con el Yanna (Jardín)". (Kanz al-Ummal).

Anas ibn Malik informó que el Profeta (s.a.s.) dijo: "Las niñas son modelos de simpatía, cariño, bendición. Si una persona tiene una hija, Allah le protege del fuego del Yahannam; si tiene dos hijas, Allah lo admite en el paraíso; y si tiene tres hijas, Allah le excluye de las ibadas, del Zaqat y del Yihad. (Kanz al-Ummal).

El Profeta (s.a.s) dijo: “Las mujeres son las mitades gemelas de los hombres” (Narrado por Abu Dawud en su Sunan, 236, del hadiz de ‘A’ishah)

Fue narrado que Abu Hurayrah contó que un hombre fue hacia el Mensajero de Allah (asws) y dijo: “Oh Mensajero de Allah entre todas las personas, ¿quién merece mas mi compañía?” El respondió: “Su madre”. El hombre pregunto: “
¿Quién luego?” El Mensajero contesto: “Su madre”. El insistió: “¿Quién luego?” El Mensajero replico: “Su madre”. El pregunto: “¿Quién luego?”. El Mensajero concluyo: “Luego su padre”. (Narrado por al-Bujari, 5626; Muslim, 2548)

El Profeta (s.a.s) desaprobó que los hombres golpeen a sus esposas, él nunca en su vida golpeó a una de sus esposas, un niño o un sirviente. En su último sermón exhortó a los hombres a ser amables con las mujeres, él dijo:

“¡Oh Pueblo! Sus mujeres tienen ciertos derechos sobre ustedes y a ustedes se les ha conferido derechos sobre ellas. Es obligatorio para ellas impedir que alguien entre en su recámara con excepción del esposo y de impedir que una persona que no es del agrado del esposo entre en la casa. Que nunca cometan adulterio.....Ustedes las han tomado como compañeras, cómo un regalo de Allah (y mantienen su cuerpo con la anuencia de El); de manera que tengan temor de Allah cuando traten con ellas y guíenlas correctamente.”

Bahz b. Hakim informó: "Yo le pregunté al Profeta (asws) sobre su enseñanza con respecto a la mujer y el Profeta (asws) me replicó: "Alimentadlas como os alimentáis a vosotros mismos, vestidlas como os vestís vosotros mismos y no las regañéis ni las golpeéis". (Kanz al-Ummal).

El Profeta (asws) dijo: "El mejor de vosotros es el que es mejor hacia su esposa, y yo soy el mejor de vosotros hacia mis esposas" (Narrado por al-Tirmidhi, 3895; Ibn Maajah, 1977)

Aysha (r.a.) cuenta Rasûlullâh (asws) dijo: "Todas las mujeres son agradables rosas". (Kanz al-Ummal).

Según Abdullah ibn ‘Umar, el Profeta (asws) declaró: "Lo mejor de este mundo es una esposa llena de virtudes". (Muslim).

Abu Huraira (r.a.) cuenta Rasûlullâh (asws) dijo: "A una niña que se hace mujer se le debe pedir a ella misma autorización para casarse. Si permanece en silencio es que ha concedido la autorización; pero si ella se niega, no habrá obligación ninguna sobre ella". (Muslim).

sábado, 16 de junio de 2012

La Música según Maulana Jalaluddin Rumi

Bismillahi Rahmani Rahim
Dicen los Poseedores de Sabiduría que hemos aprendido
nuestras Melodías de quienes se encuentran en las Esferas Celestiales.
El Canto de las Esferas en sus revoluciones es lo que los hombres cantan con el laúd y la voz.
El Sabio sostiene que las dulces influencias del Cielo pueden hacer que las voces más ásperas se vuelvan melodiosas.
Como todos somos descendientes de Adám,
hemos oído estas melodías en el Jardín;
aunque la tierra y el agua hayan echado su velo sobre nosotros,
guardamos vagas reminiscencias de aquellos Cantos Celestiales.
Pero mientras estemos así envueltos por espesos velos terrenales,
¿cómo pueden llegar hasta nosotros esos temas de las Esferas danzando?

Por esta razón escuchar Música es el alimento de los Amantes,
porque les recuerda su primer reunión con Allah.
Los sentimientos internos de la Consciencia adquieren fuerza bajo la influencia de la Música.
El fuego del Amor quema con más ardor bajo el estímulo de la Música.

-Maznavi-

viernes, 15 de junio de 2012

Símbolos Sagrados: El Sello de Suleymán


Bismillahi Rahmani Rahim
El diseño de arriba es un motivo islámico.
En la exaltada religión del Islam, todo tiene un significado y transmite satisfacción para el alma humana. Esta es la propiedad única de la exaltada religión del Islam.
Observa este motivo islámico. Se trata de una obra de arte hecha a mano que reconforta el espíritu.
En la exaltada religión del Islam toda forma tiene un significado, así como una sabiduría oculta.
Mira la estrella de seis puntas en el centro del diseño de arriba. Es el sello de Suleyman (Salomón).
Algunos de los llamados eruditos, de los que han aparecido recientemente que piensan que sólo ellos lo saben todo, rechazan este motivo y hacen todo lo posible para alterar su forma.
 Este motivo es un signo de los genios. Para ellos el Sello de Suleyman se tiene en alta estima y es santificado.
Este es un hecho que debe servir como enseñanza y consejo para todos los fanáticos, gente inconsciente.
¡Cada uno debe conocer sus límites!
-Sheykh Maulana Nazim al-Haqqani-

jueves, 14 de junio de 2012

Dos Principios Fundamentales del Islam

Sheykh Abdul Kerim Effendi

Bismillahi Rahmani Rahim

Islam son dos principios, se asienta sobre dos principios: uno es aprender cómo adorar a tu Señor; el otro, cómo ayudar y llegar a Sus criaturas. Si una persona hace estas dos cosas, sin distinciones que digan “este es judío, este es cristiano, este es negro, este es blanco, este es verde, este es amarillo”, alcanzará las estaciones elevadas.
Originalmente todos hemos sido creados de lo mismo, poseemos el mismo material, el mismo material de creación. Por esto Allah, en el Sagrado Qur’an, nos dice: “Los He separado en diferentes naciones, en tribus diferentes, para que se reconozcan unos a otros, para que aprendan unos de otros, para intercambiar, para aprender, para que se desarrollen, para que se vuelvan mejores”. Volvernos mejores para el servicio Divino. En realidad, todos estamos para el servicio Divino. No estamos para nuestro propio servicio, para el servicio a nuestros egos, sino para el Gran servicio. Debemos estar a Su servicio; cuando estamos a Su servicio, en ese momento, seremos capaces de ver a Sus criaturas y decir: “Esta es Su criatura, mi deber es servir a esa criatura. Si estoy sirviendo a mi Señor, mi deber es servir a Su criatura también”.
Nuestro deber como hombres es amarnos unos a otros, respetarnos unos a otros, respetar los derechos de los demás y aprender a conocernos, a comunicarnos, a amarnos unos a otros. Cuando aprendamos a amarnos unos a otros, entonces seremos capaces de alcanzar a nuestro Creador. En un hadiz, el Sagrado Profeta (asws) nos dice: “Todo el que diga ‘la ilaha illa Allah’, y crea en estas palabras, entrará al Paraíso”. Eso significa que la persona tiene Fe. El Profeta (asws) dice: “Pero si no se aman los unos a los otros, si no aprenden a amarse los unos a los otros, aunque digan esa frase, no habrán alcanzado realmente las raíces principales de la Fe”.

lunes, 11 de junio de 2012

Cheikh Lô: Expresión Baye Fall a través de la Música

Bismillahi Rahmani Rahim

Continuando con nuestra intención de presentar y difundir los frutos que ha dado la Cultura Islámica alrededor del mundo, con un gran gusto personal hoy presentamos al músico senegalés, nacido en Burkina Faso, Cheikh Lô.

Hablar de Cheikh Lô es hablar de un artísta multifacético de influencias panafricanas comprometido con la expresión de su profunda espiritualidad a través de la música.

Aludimos al "panafricanismo" ya que sus composiciones abarcan una gran gama de estilos que fusionan la identidad cultural africana tanto moderna como tradicional (entendiendo aquí lo moderno como resultado culturalmente actual del ritmo y la cadencia tradicional), dando como resultado un exhuberante crisol de música multicolor para el vuelo del espíritu.

En cuanto a su espiritualidad nos remitimos a su afiliación al movimiento Baye Fall, rama de la Tariqa Muridiyya de Sufismo en Senegal, cuyo referente es el Sheykh Ibrahima Fall, uno de los discípulos más aventajados del gran Maestro senegalés Sheykh Ahmadou Bamba (qs). Las características principales de los adherentes Baye Fall, señales propias a su identidad tradicional y que Cheikh Lô deja entrever en su imagen, son los "patchworks" -ropas con trozos de diferentes telas- y el "ndiangue", que en dialécto wolof quiere decir "pelo fuerte", en alusión a lo que en inglés se conoce como "dreadlocks" y que comúnmente se conoce como "rastas" (sin embargo esta designación alude a quienes pertenecen al movimiento Rastafari y no propiamente al cabello).

La temática en las letras de Cheikh Lô tratan tanto de cuestiones sociales como de la devoción a lo Divino que se traduce en alabanzas al Creador y en la exaltación de sus amados Maestros.

Compartimos una canción de este prolífico músico llamada "Dief Dieul", que quiere decir "Cocecharás lo que has Sembrado".


domingo, 10 de junio de 2012

Acerca de Raíces y Sabiduría

Bismillahi Rahmani Rahim

Raíces y Sabiduría surge como una herramienta movilizadora para el despertar de la consciencia hacia los valores tradicionales que el sistema del mundo moderno, con todo su bagaje de tiranías, manipulaciones y corrupciones, se ha encargado de ocultar, negar y lapidar.

Mediante la exposición de enseñanzas tradicionales nos hemos propuesto revitalizar conceptos cuya incidencia positiva en la vida de individuos y comunidades es de fundamental importancia para el desarrollo de las posibilidades que todo ser humano guarda en sí mismo.

Esta exposición engloba tanto los aspectos que nutren la cultura y la espiritualidad de los hombres, como también la denuncia de todo aquello que atenta contra el desarrollo humano y subvierte el significado inherente a su naturaleza.

Somos Musulmanes; nuestros valores son representados por las enseñanzas tradicionales del Islam, cuya universalidad es validada por una cadena ininterrumpida de Profetas que se remonta hasta Adam, el padre de la humanidad, y concluye con el último Mensajero enviado para transmitir la sabiduría liberadora hasta la consumación de los tiempos: Sayyidina Muhammad, que la bendición y la paz de Allah sean con él.

En el mundo no habrá paz, ni justicia, ni ordenamiento, mientras el hombre desconozca cual es su propósito y su misión en la creación. Este desconocimiento es el resultado de la ignorancia con respecto a sí mismo. De esta ignorancia surgen la gran cantidad de peligros que acechan y condenan a los seres humanos a una vida de opresión, desigualdad, locura y autodestrucción. El despertar de la consciencia hacia los valores tradicionales debe llevar al hombre al descubrimiento de sí mismo, de sus posibilidades, de sus responsabilidades y deberes individuales y colectivos.

Con la asistencia de Allah Todopoderoso, Raíces y Sabiduría intenta colaborar en ese despertar para así contribuir humildemente al bienestar del ser humano en el mundo.

Héroes del Islam: El Yihad del Imam Shamil an-Naqshbandi


Bismillahi Rahmani Rahim
Los valores corruptos que la colonización y la globalización del monstruo occidental se encarga de imponer mediante la imposición directa e indirecta, se ocultan bajo la fachada del secularismo, el pluralismo, la tolerancia y el universalismo. Tras estas máscaras seductoramente engañosas para la vulnerabilidad del desprevenido espiritual, se encuentran las más peligrosas herramientas para la dominación tanto cultural como espiritual de los individuos y los pueblos.

El oscuro objetivo de esta dominación es pergeñar un mercado donde la tiranía, la opresión y la injusticia se negocian mediante el libertinaje, los derechos humanos, el vicio consentido, la violencia psíquica promovida desde la bestial maquinaria de la tecnología y las múltiples oportunidades que el capitalismo demoníaco desarrolla para reforzar la voracidad ilimitada tanto en quienes tienen como en quienes no tienen los medios para acallarla. El resultado lógico es la esclavitud a un sistema diabólico que nada ofrece y todo lo quita.

En pos de una ficticia igualdad sólo cuantitativa se pretende hacernos olvidar nuestra identidad tradicional segregándonos, limitándonos, dividiéndonos; y a quienes perciben la añoranza de una cierta libertad espiritual se le ofrecen sucedáneos domesticadores para sosegar ansiedades y anquilosar posibles movimientos de la voluntad. Tolerancia es domesticación, ya que la mansedumbre del animal tolerará la tiranía del amo sin chistar.

El Islam se levanta contra esos valores corruptos potenciando el movimiento propio de la voluntad individual. Esta potenciación se desarrolla mediante la correcta utilización de las herramientas que el Creador Todopoderoso ha puesto al servicio del ser humano: la reflexión, la inteligencia, el razonamiento y el discernimiento.

El Islam es Furqan, la distinción entre lo correcto y lo incorrecto, lo beneficioso y lo perjudicial, lo verdadero y lo inconsistente. Es la norma con la que podemos descubrir nuestra posición en el mundo y con la que podemos realizar movimientos reales de consecuencias positivas para nosotros mismos y quienes nos rodean.

El Islam nos devuelve la identidad de Hombres libres y activos contra el servilismo indiferente del ente global, nos hace leones entre ovejas dispuestas a ser devoradas consentidamente por el lobo que diariamente las engorda.

Ante el desafío colonizador del monstruo occidental (y como “occidental” nos referimos a una ideología perversa que se define por las máscaras antes citadas y se sirve de ellas para difundir el mal y la vileza), el Islam siempre ha suscitado Héroes Leones en la defensa de la identidad y el espíritu tradicional. La historia recoge nombres de oro entre aquellos que formaron parte de la Resistencia contra el invasor (y con esto no nos referimos en nada a los secos movimientos fundamentalistas “modernos” que en nada compatibilizan con el León Real del Islam cuya espiritualidad dominaba sobre el mundo y cuya voluntad era fuerza generadora en contraposición a la mundanidad destructora desprovista de toda espiritualidad que se impone sobre el fundamentalismo, haciendo de estos movimientos un objeto más al servicio de la maldad occidental).

Estos Héroes Leones de la Resistencia y la insurgencia deben servirnos de ejemplo al momento de considerar el nivel de nuestro servicio al Islam y de nuestra entrega a la Causa de Allah contra las potencias diabólicas que agitan y perturban nuestro mundo interior y exterior.

Por lo tanto, debemos situarnos a comienzos del siglo XIX y observar la convulsión que el Occidente había generado en el Mundo del Islam (África, Medio Oriente, Asia Central, India, Oriente Próximo…). Entonces es cuando nuestros Héroes por la infinita Gracia del Señor Todopoderoso se manifiestan y actúan. Entre ellos destaca quien opuso una férrea resistencia contra las fuerzas invasoras de la Rusia zarista en el Cáucaso, el Imám Shamil an-Naqshbandi.

A continuación presentamos el excelente estudio realizado por Kerim Fenari acerca de esta gran personalidad que ha dejado su impronta heróica en la historia del Islam.


***
El Yihad del Imam Shamil an-Naqshbandi

Kerim Fenari

Historia de Chechenia.

   El Cáucaso es una muralla escarpada que divide a Europa de Asia, no se parece a ningún otro sistema montañoso. Los picos más altos de Europa están aquí, en comparación, los Alpes semejan simples espinillas. Se extiende a lo largo de 650 millas entre el Mar Negro y el Mar Caspio, su altura media es de más de 10.000 pies. Esta espectacular perspectiva se hace aún más infranqueable por la pendiente vertiginosa de sus laderas. "El Cáucaso es un hombre, su cuerpo no tiene curvas", dice un proverbio georgiano, y acantilados con caídas de más de 5.000 pies en algunos sitios, en los que torrentes helados parecen disecar el paisaje en bloques escarpados de piedra.

   La misma impenetrabilidad del Cáucaso y la dificultad interna de comunicación, han permitido a incontables pueblos diferentes morar aquí. El historiador Pliny (Plinio?) nos dice que los romanos emplearon a ciento treinta y cuatro intérpretes en sus transacciones con los clanes bélicos caucasianos; mientras el historiador árabe al-Azizi registró trescientas lenguas, mutuamente incomprensibles, sólo en Daguestán.

   Algunos pueblos caucasianos de piel clara, como los chechenos, son descendientes de antiguos pueblos emigrados desde Europa. Otros, incluyendo a los daguestanís, se cree que son de origen asiático. Pero el clima áspero y el terreno imposible les ha impuesto un modo de vida ascético común a todos. Poca agricultura es posible sobre las vertiginosas laderas y sólo sobre las mesetas más altas se puede pastorear ovejas con algún éxito. Tradicionalmente la gente vivía en aouls (abruptos pueblos caucasianos), fortificados con casas de bloques de piedra y escarpadas muros para protegerse de pumas, lobos y tribus enemigas. Construidos en los lugares más inaccesibles sobre afiladas crestas, la única entrada a estas aldeas transcurre a lo largo de senderos pegados a un precipicio, sin que exista otro acceso, sólo las vistas vertiginosas de los picos cercanos y las águilas que vuelan en círculos en lo profundo.

   En un paisaje tan extremo, sólo sobrevivían los niños más fuertes. Pasando sus días en el interminable y duro trabajo subiendo y bajando cuestas, al llegar a la madurez los hombres chechenos y daguestanís eran nervudos y enormemente fuertes. Está registrado que a mediados del siglo diecinueve ninguna muchacha chechena consentía en casarse con un hombre a no ser que él hubiera matado al menos a un ruso, fuese capaz de saltar una corriente de 23 pies de ancho y sobre una cuerda sostenida a la altura de los hombros de dos hombres.

   Los grandes abismos que separaban los aouls conducían fácilmente a la rivalidad y a la guerra. La vendetta sangrienta dominó la vida caucasiana , el kanli, que aseguraba que ninguna ofensa, aunque fuese leve, debía quedar sin venganza por parte de los parientes de una víctima. Abundan los cuentos en la literatura épica chechena de conflictos de largos siglos que comenzaron con el simple robo de una gallina y terminaron con la muerte de un clan entero. La guerra era constante, al igual que el entrenamiento para ella y los jóvenes estaban orgullosos como jinetes, luchadores y buenos tiradores.

   Los musulmanes nunca conquistaron el Cáucaso: incluso los Sahaba (r.a.), que habían barrido antes a las legiones de Bizancio y Persia, se frenaron en seco ante estas rocas prohibidas. Durante siglos su gente siguió en sus creencias paganas, mientras los musulmanes del vecino Irán lo observaban con terror, creyendo que el Shah de todos los yinns tenía su capital entre sus nevadas cumbres.

   Pero donde ejércitos no pudieron penetrar, pacíficos "misioneros" musulmanes se aventuraron poco a poco. Muchos acabaron martirizados a manos de alguna tribu salvaje airada, pero lentamente, desde los recónditos valles hasta los elevados aouls, aceptaron el Din. Chechenos, avaros, circasianos y daguestanís entraron en el Islam y hacia el siglo dieciocho, sólo los georgianos y los armenios continuaban sin convertirse.


La invasión rusa.

   Pero a pesar de esta victoria, una amenaza nueva se agolpaba en el horizonte. En 1552, Ivan el Terrible había capturado y destruido Kazan, la gran ciudad musulmana del Alto Volga. Cuatro años más tarde las hordas rusas alcanzaron el Caspio. Con ellos llegaron los salvajes cosacos, jinetes brutales que se reprodujeron casándose a la fuerza con las mujeres musulmanas que caían en sus manos. Tan "piadosos" como turbulentos, ellos nunca se establecieron en un nuevo lugar sin que el primer edificio fuera una iglesia espectacular, cuyas campanas tocaron expandiendo el imperio de los zares por las estepas.

   A finales del siglo dieciocho, la amenaza ruso-ortodoxa no había pasado inadvertida para las tribus de la montaña. Sin embargo, su carencia de unidad hizo imposible una acción eficaz y pronto las tierras bajas fértiles del norte de Chechenia (y el remoto oeste) el país Nogay Tatar, fue arrebatado de manos musulmanas. Obligaron a los musulmanes que se quedaron a ser los esclavos agrícolas de los señores rusos. Los que se negaron o se escaparon, fueron perseguidos en una versión rusa de la aristocrática caza del zorro. Algunos fueron desollados y sus pieles usadas para hacer tambores militares. Las mujeres a menudo tuvieron que soportar la confiscación de sus bebés, para que pudieran alimentar a los galgos rusos de pedigrí y perros de caza con la leche materna.

   La supervisora de esta política era la emperatriz Catalina la Grande, quien envió al más joven de sus amantes, conde Platon Zubov (él tenía veinticinco años, ella setenta), a realizar la primera etapa de su sueño pan-ortodoxo por el que todas las tierras musulmanas serían conquistadas para el cristianismo ortodoxo. El ejército de Zubov se rompió por las orillas del Caspio, pero la alarma había sonado. El Cáucaso apartó la atención de sus luchas internas y supo que tenía un enemigo.


Sheykh Mansur. Primer líder muyahid del Cáucaso.

   La primera respuesta coherente al peligro vino de una de esas historias individuales oscuras pero románticas muy típicas del Cáucaso. Se le conoce como Elisha Mansur, un sacerdote jesuita italiano enviado para convertir a los griegos de Anatolia al catolicismo. A pesar de la cólera del Papa, él pronto se convirtió con entusiasmo al Islam y fue enviado por el sultán otomano para organizar la resistencia caucasiana contra los rusos. Pero en la batalla de Tatar-Toub en 1791, su resistencia tuvo un final prematuro y, capturado por el enemigo, pasó el resto de su vida prisionero en un gélido monasterio del Mar Blanco, donde los monjes trabajaron sin éxito para devolverlo al redil católico.


Ghazi Mullah. El segundo gran líder del Yihad.

   Mansur había fallado, pero los caucasianos habían luchado como leones. La llama de la resistencia que el alumbró pronto se extendió e inflamó por un hombre de genio: Mullah Muhammad Yaraghi. Yaraghi era un erudito y un sufi, profundamente culto en los textos árabes, que predicó el Camino Naqshabandi a los ásperos montañeses.

   Aunque él convirtiera a muchos miles, su principal discípulo Mullah Ghazi, un estudiante religioso de los Avar de Daguestán, comenzó su propia prédica en 1827, eligiendo el gran aoul de Ghimri como centro de sus actividades.

   Durante los dos años siguientes Ghazi Mullah proclamó su mensaje. Los caucasianos no habían aceptado el Islam totalmente. Él les dijo que sus viejas leyes, adat, que se diferenciaban de una tribu a otra, debían ser sustituidas por la Shari'ah. En particular las vendettas (kanli) debían ser suprimidas y todas la injusticias tratadas limpiamente por un apropiado tribunal islámico. Finalmente, los caucasianos debían refrenar sus salvajes y turbulentos egos y pisar el camino difícil de la autopurificación. Sólo siguiendo esta prescripción, les dijo, podrían vencer sus antiguos desacuerdos y resistir unidos contra la amenaza rusa ortodoxa.

   En 1829, Ghazi Mullah juzgó que sus seguidores ya habían asimilado bastante su mensaje como para comenzar la etapa final: la acción política. Viajó por todo Daguestán, predicando abiertamente contra el vicio y volcando con su propia mano los grandes recipientes de vino tradicionalmente almacenados en el centro de cada aoul (aldea). En una serie de ardientes sermones impulsó a las gentes a tomar las armas para el Ghazwa, la resistencia armada:

" Un musulmán puede obedecer la shariah, dar todo su zakat, hacer cada salat y sus abluciones, sus peregrinaciones a la Meca, no son nada si un ojo ruso los observa. ¡Sus matrimonios son ilegales, sus hijos bastardos, mientras quede un ruso sobre sus tierras! ".

   Este era el tiempo del Yihad, proclamó. Los grandes eruditos islámicos de Daguestán se reunieron en la mezquita de Ghimri y, aclamándolo como Imam, le prometieron su apoyo.

   Los murids de Ghimri, destacando de otros montañeses por sus banderas negras y la ausencia de cualquier rastro de oro o plata sobre sus armas o ropa, marcharon detrás de Ghazi Mullah cantando el grito de batalla murid: La ilaha illa Allah. Su primer objetivo era el aoul de Andee, que era sumiso a los rusos; pero tan impresionante eran los murids que a la vista de sus filas silenciosas el pueblo, antes traidor, se sometió sin lucha. Ghazi Mullah giró entonces su atención hacia los mismísimos rusos.

   En este tiempo, los rusos habían movido a pocos colonos en la región. Grandes puestos avanzados militares se habían establecido en los llanos al norte, en Grozny, Khasavyurt y Mozdok, pero en otras partes el proceso de limpiar la tierra de musulmanes acababa de comenzar. Ghazi Mullah podía contar por lo tanto con el apoyo local al atacar la fortaleza rusa de Vnezapnaya. Sin cañones, se vio incapaz de capturarla; pero obligaron a sus defensores, mandados por el Barón Rosen, a pedir ayuda. Esta llegó en forma de una gran columna de alivio, que pensando que no debían de temer nada de los musulmanes, los persiguieron por el gran bosque que entonces se elevaba al sur de Grozny.

   En los bosques oscuros los murids luchaban por su propia tierra. Disparaban desde las altas ramas de las enormes hayas, construían trampas y más trampas para los rusos, estoicos pero desorientados. Metódicamente liquidaban a los oficiales enemigos capturando a muchos soldados de infantería desconcertados. En este mundo crepuscular de enormes hayas y maleza enmarañada, la columna rusa avanzaba pesadamente, conducida por sacerdotes que llevaban iconos y grandes cruces, y cargados con carros de bueyes que llevaban samovares de cinco pies y cajas de champán para los oficiales, encontrándose paulatinamente erosionada y dispersada. Sólo algunos restos escaparon de los bosques: la primera victoria de los muyahidin se había logrado.

   En venganza, los rusos atacaron la ciudad musulmana de Tschoumkeskent, la cual capturaron y asolaron. Pero ellos pagaron muy cara esta conquista: cuatrocientos rusos fueron matados en la operación y sólo ciento cincuenta murids. Incluso mayor fue su humillación en Tsori, un paso de montaña donde cuatro mil soldados rusos fueron detenidos durante tres días por una barricada defendida por sólo dos francotiradores chechenos, para su mayor disgusto.


El advenimiento del Sheykh Shamil.

Rabiando, los rusos se desmandaron por la baja Chechenia, quemando cosechas y destruyendo sesenta y un pueblos. Lentamente, los murids chechenos y daguestanís se replegaron a las montañas a su espalda. Ghazi Mullah y su principal discípulo Shamil, decidieron resistir en Ghimri. Después de un sitio amargo, con muchas víctimas a ambos lados, el aoul fue asaltado por las tropas rusas y encontraron a Ghazi Mullah entre los muertos. Increíblemente, el Imam todavía estaba sentado sobre su alfombra de rezo, con una mano sobre su barba y con la otra señalando el cielo. Mientras tanto, su discípulo luchaba con sesenta murids en la defensa de dos torres de piedra que parecían invencibles, liquidando con infalible puntería a cualquier ruso que se pusiera a tiro. Por fin, cuando sólo quedaban vivos dos murids, surgió Shamil, para inaugurar una reputación de heroísmo en el combate que resonaría en todas partes del Cáucaso musulmán. Así describió un oficial ruso el incidente:

" Estaba oscuro. Por la luz de la paja que ardía vimos a un hombre a la entrada de la casa, que permaneció parado a pie firme un poco por encima de nosotros. Este hombre, que era muy alto y poderosamente constituido, aún permaneció quieto, como dándonos tiempo de apuntar. Entonces, de repente, con la elasticidad de una fiera salvaje, saltó limpiamente sobre las cabezas de la fila de soldados que estaban a punto de dispararle, colocándose tras ellos y blandiendo su espada con la mano izquierda redujo a tres de ellos, pero la bayoneta del cuarto se clavó profundamente en su pecho. Con su cara todavía extraordinaria en su inmovilidad, agarró la bayoneta, la extrajo de su propia carne, redujo al soldado y, con otro salto sobrehumano, saltó el muro y se perdió en la oscuridad. Fuimos dejados absolutamente sin habla. "

   Los rusos prestaron poca atención a la fuga de Shamil, confiados en que con la destrucción de la capital de los murids ellos habían alcanzado la victoria final. No pudieron imaginar que en sus manos les esperaban treinta años de guerra, con un precio de medio millón de vidas rusas.

   Después de su dramática fuga de Ghimri, Shamil herido y con mucho dolor se dirigió a una saklia, una casita de campo en la hendidura de un glaciar en las alturas de Daguestán. Un pastor avisó a su esposa Fátima, quien vino en secreto y lo cuidó por unas prolongadas fiebres, vendándole dieciocho heridas de bayoneta y espada. Meses más tarde, Shamil fue capaz una vez más de viajar y al conocerse la muerte de Ghazi Mullah, fue aclamado por los musulmanes como al-Imam al-Azam, el líder de todo el Cáucaso.

   Shamil había nacido en 1796 en una familia noble de la gente Avar de Daguestán del sur. Mientras crecía con su amigo Ghazi Mullah, dividió su austera niñez entre la mezquita y las estrechas terrazas alrededor de Ghimri, donde pastoreaba las ovejas de su familia. A menudo él se asomaría al borde del abismo de cinco mil pies bajo su pueblo y miraría el destello del relámpago en los nubarrones de abajo. En la remota distancia, sobre las laderas, podía verse el brillo fantasmal de fuegos de nafta, allá donde el petróleo natural burbujeaba sobre las piedras que se queman durante años.

   Este paisaje áspero y la rigurosa educación caucasiana acostumbraron al futuro imam a una vida con pocos placeres mundanos. Cuando sólo era un niño persuadió a su padre para que abandonara el alcohol, amenazando con arrojarse sobre su propia daga si él no lo dejaba. La difícil disciplina espiritual requerida de él como joven erudito parecía venirle por naturaleza y a sus tempranos veinte años era famoso por poseer todas las virtudes que se respetan en el Cáucaso: coraje en la batalla, dominio de la lengua árabe, Tafsir y Fiqh y una nobleza espiritual que dejaba profunda huella sobre todo aquel que lo conocía.

   Junto con Ghazi Mullah, se hizo discípulo de Muhammad Yaraghi, el estricto sabio místico que enseñó a los jóvenes que su propia pureza espiritual no era suficiente: ellos debían luchar por que prevalecieran las leyes de Allah (swt). La shariah debía sustituir a las leyes paganas de las tribus caucasianas. Sólo entonces Allah les daría la victoria sobre los invasores rusos.

   Las primeras proezas de Shamil como Imam fueron puramente defensivas. Los rusos, bajo el general Fese, habían lanzado un nuevo ataque sobre Daguestán central. Cuando los rusos se acercaban al aoul de Ashila, dos mil murids juraron sobre el Corán defenderlo hasta la muerte. Después de una encarnizada lucha cuerpo a cuerpo por las calles, los rusos capturaron y destruyeron la ciudad, no tomando a ningún prisionero. Comenzaba una guerra larga y amarga.

   A Shamil no le era extraña la guerra contra los europeos. Realizando el Hayy en 1828, había encontrado al emir Abd al-Qader, el heroico líder de la resistencia argelina contra el francés, quien compartió con él sus opiniones sobre la guerrilla. Ambos hombres, luchando a tres mil millas el uno del otro eran muy similares, tanto en sus intereses de estudiante como en sus métodos de guerra. Los dos comprendían la imposibilidad de batallas victoriosas contra los grandes y bien equipados ejércitos europeos, y la necesidad de técnicas sofisticadas para dividir al enemigo y atraerlo a remotos bosques y montañas donde poder realizar rápidos y fugaces ataques guerrilleros.

   La debilidad de la posición de Shamil en el Cáucaso era su necesidad de defender los aouls. Sus hombres, que se movían con la velocidad del relámpago, siempre podrían esquivar al enemigo o darle un golpe por sorpresa. Pero los pueblos, a pesar de sus fortificaciones, a los métodos de sitio rusos apoyados con la moderna artillería.

   Shamil aprendió esta lección en 1839, en el aoul de Akhulgo. Esta fortaleza de montaña, protegida por desfiladeros por tres de sus lados, estaba dividida en dos por un aterrador abismo atravesado por un puente de setenta pies de tablones de madera. Akhulgo ya se había llenado de refugiados que escapaban del avance ruso, y la presencia de tantas mujeres y niños que alimentar auguraba un sitio largo y peligroso. Pero él no se retiraría a ningún lugar remoto: aquí les hizo frente.

   El ejército Naqshbandi contaba ya con aproximadamente seis mil hombres, divididos en unidades de quinientos, cada una bajo el mando de un naib. Estos naibs, combatientes y estudiantes, eran un misterio para los rusos. En los treinta años que duró la guerra caucasiana, jamás capturaron a ninguno vivo. En Akhulgo, estos hombres fortificaron el lugar lo mejor que pudieron y luego, por la tarde tras los rezos de la puesta del sol, subían a las azoteas a entonar el Zabur de Shamil, el cántico religioso que él había compuesto para sustituir a las triviales canciones de bebedor que ellos sabían antes. Habían muchos otros cánticos; el más familiar a los rusos era la Canción de Muerte, oída cuando una victoria rusa parecía inminente y los chechenos se apiñaban uno junto al otro, dispuestos a luchar hasta el final.

   El ataque ruso comenzó el 29 de Junio. Los rusos intentaron escalar las rocas y perdieron a trescientos cincuenta hombres al lanzarles los muyahidin rocas y troncos ardiendo. Castigados, los rusos se retiraron durante cuatro días, hasta que ellos pudieran emplazar su artillería y bombardear los muros a una distancia salva. Pero aunque los muros fueron reducidos a escombros, cada vez que los rusos atacaban, aparecían los murids de entre las ruinas del aoul y los rechazaban, con pesadas pérdidas.

   Las condiciones en el pueblo, sin embargo, se hacían desesperadas. Muchos habían muerto y sus cuerpos se pudrían bajo el sol de verano, extendiendo un hedor insoportable. Los víveres casi se habían agotado. Al oír estas noticias a través de un espía, el general ruso conde Glasse, decidió un asalto total. Ordenó a tres columnas atacar simultáneamente, dividiendo así el fuego de los defensores.

   La primera columna, portando escalas, subió a una roca al lado de un barranco. Pero desde las rocas, al parecer desnudas del picacho contrario, el fuego dirigido por tiradores de primera chechenos diezmó sus filas en pocos minutos. Todos los oficiales pronto fueron matados y los seiscientos hombres, de espaldas a las rocas, quedaron atrapados por los murids, conociendo éstos que el agotamiento y la exposición acabaría con ellos antes del alba.

   La segunda columna intentó acceder al aoul desde el fondo del barranco. Esto también terminó en desastre, cuando los defensores hicieron rodar rocas abajo sobre ellos, para que sólo unas docenas regresaran. La tercera columna, que avanzaba lentamente a lo largo de un precipicio, se vio atacada por cientos de mujeres y niños que habían sido ocultados en cuevas por seguridad. Las mujeres cortaron el paso a las filas rusas mientras sus niños, con dagas en ambas manos, corrían entre los rusos acuchillándolos desde abajo. Aquí, como siempre en Chechenia, las mujeres lucharon desesperadamente, sabiendo que ellas tenían más que perder que los hombres. En medio de este griterío y ataque sangriento, la columna se tambaleó y perdió terreno.

   Confundido, el conde Gasse envió un mensajero a Shamil para parlamentar. Las condiciones en el aoul eran extremas y Shamil, con el corazón apesadumbrado, accedió a dejar a su hijo de ocho años Yamal ud-Din como rehén, a condición de que el ejército ruso se marchara y dejara en paz el aoul. Pero apenas el chiquillo fue puesto camino a San Petersburgo, el bombardeo de la artillería comenzó otra vez, y Akhulgo de nuevo fue machacado por todas partes. Shamil comprendió que había sido engañado.

   Al día siguiente, los rusos avanzaron otra vez hacia Akhulgo y lo hallaron poblado sólo por los cuervos que se daban un festín de cadáveres. Los supervivientes se habían escabullido durante la noche. Los únicos musulmanes que permanecieron, aquellos demasiado débiles para retirarse, fueron descubiertos ocultándose en cuevas cercanas, que fueron alcanzadas con extrema dificultad. Más tarde, un oficial ruso registraría esto así:

   "Tuvimos que bajar a soldados mediante cuerdas. Nuestras tropas casi fueron vencidas por el hedor de los innumerables cadáveres. En el abismo entre los dos Akhulgo, la guardia tuvo que ser relevada cada pocas horas. Más de mil cuerpos fueron contados; muchos fueron arrastrados río abajo o se hinchaban sobre las rocas. Novecientos prisioneros fueron tomados vivos, sobre todo mujeres, niños y ancianos; pero a pesar de sus heridas y agotamiento, ni siquiera éstos se rindieron fácilmente. Algunos, en un último esfuerzo, arrebataron las bayonetas a sus guardias. El llanto de los pocos niños que quedaron vivos y los lamentos de los heridos y moribundos completaron la trágica escena".


   Shamil había hecho una tentativa desesperada de conducir a su familia y discípulos lejos durante la noche. Su esposa Fátima estaba embarazada de ocho meses y su segunda esposa Yawhara llevaba consigo a su bebé de dos meses, Said. Juntos avanzaron poco a poco por un precipicio desconocido para los rusos, hasta que alcanzaron el torrente de debajo. Aquí el Imam derribó un árbol para construir un puente de circunstancias. Fátima cruzó segura con su hijo menor Ghazi Muhammad; pero Yawhara fue descubierta por un francotirador ruso, que la mató de un disparo, cayendo junto a su niño al torrente en cuyas furiosas aguas desaparecieron ambos.

   Lentamente, Shamil, su agotada familia y los muyahidin supervivientes, esquivaron las patrullas rusas, ayudados ahora por los ghimrís que se habían acercado al lado ruso. Una vez encontraron un pelotón ruso y en la consiguiente lucha, el joven Ghazi Muhammad recibió una herida de bayoneta. Pero la espada de Shamil dio buena cuenta del oficial ruso, cuyos hombres huyeron aterrorizados. Eran libres de nuevo. Como en Ghimri, el Imam había efectuado una fuga milagrosa. El informe del conde Grabbes describió la captura de Akhulgo en encendidos términos: " La secta Murid -escribió- ha caído con todos sus seguidores y partidarios ". El zar estaba encantado; pero de nuevo las celebraciones rusas eran prematuras. Mientras Shamil era libre él era invicto. Y Moscú otra vez había dado al Cáucaso la razón para buscar su libertad.

   En 1840 Shamil levantó un nuevo ejército y otra vez desplegó sus banderas negras. Con los rusos perdiendo terreno a lo largo de la costa del Mar Negro ante un levantamiento circasiano, las condiciones fueron favorables para una importante campaña, y hacia el final del año, el Imam había vuelto a tomar Akhulgo, y había conducido a sus fuerzas sobre los llanos de la baja Chechenia, capturando fortaleza tras fortaleza. La respuesta rusa era caótica. Una salida conducida por Grabbe causó la muerte de más de dos mil rusos. Un nuevo comandante, el general favorito de los zares Neidhardt, prometió su peso en oro a quien capturara a Shamil, pero todo fue en vano. Una y otra vez las legiones imperiales, adentradas en los oscuros bosques, fueron divididas y aniquiladas.

   Las técnicas de Shamil, mientras tanto, mejoraban con el tiempo. En una ocasión atacó una posición rusa con diez mil hombres para reaparecer, menos de veinticuatro horas más tarde, a cincuenta millas de distancia y atacar otro puesto avanzado. Una hazaña asombrosa! Un historiador militar ha escrito: " la rapidez de esta marcha sobre las montañas, la precisión de la operación combinada y sobre todo el hecho de que esto fue preparado y realizado bajo la atenta vigilancia de los rusos, autoriza a clasificar a Shamil como algo más que un líder guerrillero, igualándolo a los de más alto rango ".

   El siguiente movimiento de Rusia fue un audaz ataque con diez mil hombres sobre Dargo, la nueva capital de Shamil. El comandante, el general Vorontsov, avanzó por Chechenia y Daguestán Central encontrando poca resistencia y hallando que Shamil quemaba los aouls antes que permitir que cayera en sus manos. Confiado y despectivo hacia la "chusma asiática", decidió acometer las últimas diez millas de bosque que lo separaban de Dargo y de los guerreros de Shamil. Pero cuando los rusos llegaron, otra vez encontraron que shamil había incendiado el aoul y había dado la vuelta para volver sobre sus pasos. El desastre los alcanzó. Shamil había observado su avance por su telescopio y con calma había ordenado que sus murids tomaran posiciones desde las cuales emboscar y acosar a los rusos. Luchando junto a los musulmanes habían seiscientos desertores rusos y polacos, que consternaban a la tropa rusa cantando viejas canciones de soldado por la noche; sus voces de burla se elevaban misteriosamente desde las ocultas profundidades del bosque.

   Shamil había colocado cuatro cañones ligeramente encima del aoul devastado, y los rusos cargaron sobre ellos y los tomaron con poca dificultad. Pero su camino de regreso por maizales que ocultaban docenas de murids que se levantaban para disparar, ocultándose otra vez antes de que los aturdidos rusos pudieran disparar. Ciento ochenta y siete hombres murieron antes de que los restos de esta columna se volvieran a juntar con el ejército principal. Ni siquiera coser a bayonetazos a los prisioneros chechenos podía levantar el ánimo de los rusos tras este presagio de desastre inminente.

   Los rusos comenzaron a retirarse por el bosque. Pero los bosques ahora estaban vivos con enemigos invisibles. Barricadas deslizadizas bloquearon su camino y les obligaron a abandonar los senderos, encaminándolos hacia emboscadas y confusión sangrienta. Cientos de rusos murieron, incluyendo dos generales. La pesada lluvia convirtió los caminos en fango e inutilizó los rifles por lo que, de vez en cuando, los dos lados luchaban silenciosamente con piedras y manos desnudas. Para evitar a los francotiradores invisibles, el aterrorizado Vorontsov insistió en ser llevado dentro de una caja de hierro a hombros de un coronel. Así, atrapado con más de dos mil heridos y quedándoles sólo sesenta balas a cada uno, los rusos desesperados enviaron mensajeros al general Freitag en Grozny, pidiéndole refuerzos.

   En este momento crucial, el Imam Shamil recibió noticias de que su esposa Fátima se estaba muriendo. Inmediatamente dio órdenes para la continuación de la batalla y viajó todo el día al aoul en que ella estaba. Después de que muriera en sus brazos, regresó para descubrir con profunda angustia que sus hombres le habían desobedecido. Dispersándose al ver las tropas de Freitag, habían permitido a la columna de Vorontsov escapar del bosque sin nuevas pérdidas. Shamil hirvió de furia y con ferocidad denunció a los que habían mostrado temor en vez de obtener la victoria. Pero Rusia lo había pagado caro, en el suelo del bosque de Dargo habían quedado los cuerpos de tres generales, doscientos oficiales y casi cuatro mil soldados de infantería. Incluso hoy los soldados rusos recuerdan la catástrofe de Dargo en una sombría canción:

"En el calor de mediodía, en el valle de Daguestán, con una bala en mi corazón estoy tumbado... "

   Durante otros diez años, las banderas de Shamil volaron sobre Chechenia y Daguestán, proclamando lo que los caucasianos todavía llaman el Tiempo de la Shari'ah. El zar, que echaba humo en su enorme palacio de San Petersburgo, recibía mensaje tras mensaje de sus generales elogiando sus propias victorias; pero Shamil aún gobernaría. Vorontsov, Neidhardt y otros fueron retirados y murieron en la dorada oscuridad. Peor en 1851, dieron el mando a un hombre más joven, el general Beriatinsky, el diablo moscovita, quien cambiaría el curso de la guerra para siempre.

   El nuevo comandante ruso conocía a su enemigo, y en consecuencia adaptó sus técnicas. Sabía que los chechenos tenían aversión a entrar en batalla sin haber efectuado sus abluciones (wudu), entonces el se aseguró de que grandes presas fueran construidas para cortar el abastecimiento de agua a sus opositores. Adoptó una política de sobornar pueblos para que aceptaran la autoridad rusa y retrasó el proceso de enserfment indefinidamente. Terminó de manera informal con la antigua política de matar a mujeres y niños durante la captura de los aouls. Pero su innovación más significativa fue su larga y lenta campaña contra los bosques. Al igual que los americanos en Vietnam y los franceses en Argelia, comprendió que su enemigo sólo podría ser derrotado en campo abierto. De esta forma, encomendó a cien mil hombres talar los grandes bosques de haya de la región. Algunos eran tan enormes que las hachas resultaban inadecuadas y hubieron de emplear explosivos. Poco a poco, los bosques de Chechenia y Daguestán desaparecieron. Mientras Shamil, que observaba desde las alturas, no podía hacer nada para impedirlo.

   En 1858 estalló la última gran batalla. La gente ingush, expulsada de sus aouls por los rusos a campos alrededor de Nazrán, se rebeló y pidió ayuda a Shamil. Bajó de las montañas a caballo con sus muyahidin, pero sufrió una gran derrota bajo los cañones de una columna de refuerzo enviada para apoyar a la guarnición asediada. Cuando regresó a las montañas, se encontró con que el apoyo de sus gentes comenzaba a disiparse. Todos los aouls prefirieron rendirse a los rusos antes que ser sitiados y destruidos inevitablemente. Incluso algunos de sus lugartenientes más fieles lo abandonaron y dirigieron tropas rusas para atacar sus pocos reductos restantes.

   En Junio de 1859, Shamil se retiró al más inaccesible de todos los aouls: Gounib. Aquí, con trescientos murids leales, decidió ofrecer su última resistencia. Rechazaron a los rusos muchísimas veces pero finalmente, después de muchas súplicas y ante la amenaza de Beriatinsky de matar a su familia si el no era capturado vivo, acordó deponer las armas.

   Así terminó el Tiempo de la Shari'ah en el Caúcaso. El imam fue conducido al norte, para encontrarse con el zar y luego fue desterrado a una pequeña ciudad cerca de Moscú. Allí vivió con una pequeña parte de su familia y parientes, hasta que en 1869 el zar le permitió marchar y vivir retirado en las Ciudades Santas. Su último viaje por Turquía y Oriente Medio fue tumultuoso, rodeado de enormes muchedumbres que acudían a aclamar al Imam, cuyo nombre era una leyenda en todos los rincones de las tierras del Islam.

   Su hijo Ghazi Muhammad, liberado del cautiverio ruso en 1871, viajó para encontrarlo en La Meca. Sin embargo, llegó cuando el Imam estaba lejos, visitando Medina. Cuando estaba circunvalando la Sagrada Kaaba, un hombre andrajoso con turbante verde gritó: " Oh, creyentes! rezad ahora por la gran alma del Imam Shamil! ".

   Esto era verdad. Aquel mismo día, Shamil, murmurando: "Allah, Allah", había pasado a la vida eterna en el Paraíso. Fue enterrado entre grandes multitudes y mucha emoción, en el Cementerio Baqi. Pero su nombre vive todavía y aún hoy, en las casas de sus descendientes en Estambul y en Medina, en pisos cuyas paredes todavía son adornadas por descoloridas banderas negras, las madres cantan a sus niños palabras que se recordarán mientras queden musulmanes vivos en Chechenia y Daguestán:

Oh, montañas de Gounib!

Oh, soldados de Shamil!

La ciudadela de Shamil estaba llena de guerreros,

Sin embargo ha caído, ha caído para siempre...